Se ha acusado a Tarrasch de ser pedante y dogmático. Pero también se le ha llamado Preceptor de Alemania, un título retórico que podría haberse extendido a la mayor parte del mundo. Sus enseñanzas tenían, y conservan todavía hoy, un inmenso valor por el elevado contenido didáctico de sus reflexiones y por su implacable ejercicio de la autocrítica. Y precisamente ese valor justificaba cierto dogmatismo en una época en que apenas existían formulaciones teóricas aparte de las de Steinitz, confusas y difíciles de asimilar. La gran capacidad expresiva y didáctica de Tarrasch hizo accesibles a infinidad de jugadores principios, reglas estratégicas y conceptos todavía vigentes, como la centralización y la movilidad de las piezas, si bien otros, como la ocupación física del centro con peones, fueron corregidos y superados por los hipermodernos.
Las obras maestras de la carrera ajedrecística de Tarrasch se cuentan por decenas, y sus instructivos y brillantes comentarios a estas 300 partidas, que analiza de forma minuciosa, son igualmente magistrales. Todas las posiciones le interesaban y no podía ocultar un genuino entusiasmo por sus hallazgos técnicos o los de sus oponentes. A esta gran obra, publicada en 1895, siguieron La partida moderna de ajedrez (1912) y el manual de iniciación El juego del ajedrez (1931). Todas ellas constituyeron un gran éxito en su tiempo y aún hoy siguen siendo reeditadas y traducidas a numerosos idiomas.
- Editorial: La casa del Ajedrez
- ISBN: 9788492517343
- Páginas: 368
- Dimensiones: 170 mm. x 240 mm.
- Plaza de edición: España
- Encuadernación: Rústica
- Idiomas: Español, Castellano
- Fecha de la edición: 2012
- Edición: 1ª
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